¡Eres especial!
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7). Hay algo reconfortante en darse cuenta de que Dios nos creó a cada uno de nosotros. Dios es el dador de vida; no solo a Adán, a quien se refiere esta escritura, sino también a cada niño nacido en este mundo. ¡Eres especial porque Dios te creó!
Si en tu sufrimiento o enfermedad te has sentido deprimido, es posible que hayas desesperado de la vida. ¿Te preguntas si vale la pena seguir viviendo por causa de la angustia mental causada por la depresión o las circunstancias difíciles? Quizás también te preguntes por qué naciste. Si esto es algo que estás experimentando, este mensaje de esperanza y advertencia es para ti. Si has sentido la tentación de terminar con tu vida, ¡detente!
¡Hay esperanza para ti! Nacer en circunstancias difíciles no significa que Dios te ama menos que a los demás. El corazón de nuestro Padre amoroso se conmueve con tu dolor y sufrimiento. Él anhela darte tranquilidad y restaurar la paz en tu corazón y vida atribulada.
Jesucristo vino a salvarte y darte paz. Por favor considera el amor que Dios tiene por ti y el cuidado que anhela brindarte. Así como solo Dios es el dador de la vida, es el único que tiene el derecho de terminar una vida humana. Dios prohíbe matar cualquier vida humana. (Éxodo 20:13, Mateo 5:21). Esto significa que tanto el homicidio como el suicidio son pecado a los ojos de Dios y tienen consecuencias eternas.
Vida y muerte
Hay una gran diferencia entre la vida y la muerte. La vida es nuestra oportunidad para elegir a Dios y la verdad, orar y ser perdonados. No importa que tan oscura o difícil se vuelva la vida, con Dios hay esperanza que puede haber un cambio. La vida es muy corta y la muerte tan definitiva. Nuestra existencia eterna después de la muerte es muy larga: más que un millón de vidas.
¡La vida tiene propósito! Dios nos ha puesto aquí por una razón. Es un tiempo de oportunidad para aprender del amor de Dios por nosotros. La muerte es seria porque después de la muerte enfrentamos el juicio de Dios. (Hebreos 9:27). La Biblia enseña que hay vida eterna y muerte eterna. De nuevo, hay una gran diferencia.
Circunstancias
Muchas veces las circunstancias en las que nos encontramos están fuera de nuestro control. Aunque no podemos cambiarlas todos, con la ayuda de Dios se puede cambiar algunas de ellas. Cambios positivos nos guían por un camino que marcará una gran diferencia.
Debemos creer que Dios es bueno y que él está en control de todo. “Es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6). Él se deleita en complacernos. “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Aunque no las percibimos, hay cosas positivas en la vida. Necesitamos reconocer y estar agradecidos por esas cosas buenas.
Opciones
Todos hemos tomado algunas decisiones equivocadas. La respuesta apropiada no es otra elección equivocada. Quizás no seamos capaces de cambiar el mundo, pero podemos decidir a tomar buenas decisiones. Hacer una buena elección y atenerse a esa decisión marcará una diferencia. Gran parte del desánimo surge porque no persistimos en las buenas decisiones que tomamos. Las recompensas requieren paciencia.
Maneras de pensar
A veces en nuestros pensamientos nos acusamos más de lo debido, cuando en realidad se han pasado cosas que no son nuestra culpa. A veces, sin embargo, culpamos a los demás por cosas que son culpa nuestra. De cualquier manera, la culpa causa amargura y la amargura conduce al desánimo. Necesitamos buscar y aceptar el perdón, la esperanza y la curación que Dios nos ofrece a cada uno de nosotros.
Los pensamientos oscuros pueden surgir fácilmente. Pueden parecer convincentes y es posible que nos sintamos atados a ellos. No necesitamos seguir esas oscuras maneras de pensar. Puede que no hayamos podido ver la poca luz que hay, ¡pero sí la hay! Dios siempre proporciona un poco de luz, y esa pequeña luz se convertirá en una luz mayor si la seguimos. Vale la pena el esfuerzo de cambiar de rumbo hacia la luz.
¡Venced en la batalla!
La batalla contra la depresión y los pensamientos suicidas es personal. A menudo, la batalla será más dura cuando estamos solos y no hay nadie que puede ayudarnos. La angustia mental es tan real y difícil que al fin amenaza nuestra vida y existencia. Los que nos rodean no podrán comprender plenamente esta batalla, por mucho que quieren.
A veces parece que nos vemos obligados a luchar solos en algunas batallas, ¡pero NO estamos solos!
Cuando no hay otro recurso, el hombre abatido busca un poder superior. Muchas veces los que se encuentran en el fragor de la batalla o a punto de intentar suicidarse han clamado a un poder superior en busca de ayuda. “Dios, si realmente existe, ¡ahora es el momento en que te necesito!”
¡Dios sí existe! Él escucha. Él entiende. Él ayuda. Aquellos que recurren a Dios en busca de apoyo y fortaleza pueden sobrevivir y superar esta crisis.
Nuestras vidas tienen propósito. El propósito de Dios para nosotros no es cambiar quiénes somos o rehacernos en otra persona feliz. Mas bien es que nos aceptemos como la hermosa persona que Dios hizo, que reconozcamos que él tiene un plan para nuestras vidas y que nos ama y tiene un lugar para nosotros.
Por favor, crea que las promesas de Dios son verdaderas. Él abrirá camino para ti. Jeremías 29:11 dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Le duele el corazón de Dios ver al hombre, su creación, luchando bajo una carga de culpa y últimamente la desesperación. Deja que él te ayude y encontrarás descanso. En su Palabra, Jesús invita: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
El suicidio no es una respuesta a tus problemas. ¡Jesús es la respuesta! ¡Él te ayudará a salir victorioso!